Reflexiones para la vida (Finanzas Personales).

Por: Artemio Ramírez Vázquez (Revista Perfil del Sureste)

Tú ya no tienes muchos años para vivir, y además no podrás llevarte nada cuando te vayas, por lo cual debes ser ahorrativo, pero sin sacrificar tu bienestar.

Gasta el dinero que deba ser gastado, disfruta lo que deba ser disfrutado, y dona lo que te sea posible.

No te preocupes por lo que pasará cuando te hayas ido, porque cuando te vuelvas polvo, no sentirás si te alaban o te critican, si te visitan al cementerio o te olvidan.

El tiempo para disfrutar la vida, es este momento y los bienes que tan difícilmente ganaste debes gozarlos.

No te preocupes mucho por tus hijos, porque ellos tendrán su propio destino y encontrarán su propio camino.

La vida debe tener más cosas que trabajar desde la cuna hasta la tumba.

Despiértate diariamente a disfrutar un día más de vida sin peleas con nadie ni rencores.

No esperes mucho de tus hijos.

Los hijos, aunque se preocupen por sus padres, también estarán continuamente ocupados con sus trabajos, sus compromisos y con su propia vida.

Muchos hijos que no se preocupan de sus padres, pelearán por sus bienes aun cuando todavía estén vivos, y desearán que pronto dejen esta vida para poder heredar sus propiedades y riqueza.

Dicen que, en la vida quien pierde el techo, gana las estrellas y así es.

El tiempo y las oportunidades son como el agua de un río, que nunca podrás tocarla dos veces, porque ya pasó y nunca pasará de nuevo.

Aprovecha cada minuto de tu vida y no rechaces las oportunidades de conocer el mundo y disfrutar las cosas buenas de la vida, pues es posible que nunca se te vuelvan a presentar.

Nunca te fijes en la apariencia, porque ésta cambia con el tiempo.

Busca si lo deseas, a alguien que te valore como persona, y si no la hallas, disfruta tu soledad que es mucho mejor que una mala compañía.

Cree en Dios, cualquiera que sea el concepto que tengas de él, y trata de gozar la vida que es muy corta, disfrutando la familia y los amigos, pues te irás tarde o temprano de este mundo, y nadie te dará las gracias.

Que la salud y el bienestar te acompañen siempre.

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